¿A quién no le gusta una buena tapa de croquetas? Las croquetas son geniales, están ricas, son muy versátiles y, si las cocinamos en casa, podemos preparar en mucha cantidad para congelarlas y siempre tenerlas a mano.

En esta ocasión traemos unas croquetas que se salen de lo común, combinaremos el dulzor ácido de la manzana con el sabroso picante del gorgonzola.

Y para hacer la bechamel que liga los ingredientes utilizaremos la Salsa para cocinar Cuisine de Arroz Costa Eco.

Consejos para congelar las croquetas

Para congelar las croquetas, lo ideal es moldearlas antes de meterlas en el congelador. Según vayamos rebozando las croquetas, las vamos poniendo separadas las unas de las otras, en una bandeja que entre en el congelador. Cuando hayamos terminado de preparar las croquetas, ponemos la bandeja en el congelador y cuando las croquetas ya estén duras, podemos pasarlas a un tupper.

Para cocinarlas después, podemos ponerlas en aceite caliente directas del congelador o bien previamente descongelarlas en la nevera. Si optamos por la primera opción, debemos saber que llevará un poco más de tiempo y tendremos que cerciorarnos que el interior de la croqueta llegue a descongelarse y cocinarse.

Ingredientes

  • 1 Cebolla mediana
  • 100 gr de gorgonzola
  • 50 gr de queso crema/untable
  • 1 manzana reineta grande
  • 100 gr de mantequilla
  • 1 cuch. de azúcar
  • 1/2 Cuisine de Arroz
  • 70 gr de harina
  • Aceite de oliva
  • Sal y pimienta
  • 2 huevos
  • Harina
  • Aceite de girasol (para freír)

 

PREPARACION

  1. Lavaremos la manzana muy bien y la cortaremos en cubitos pequeños. En una sartén ponemos 50gr de mantequilla, una cucharada de azúcar y salteamos los dados de manzana. Reservamos.
  2. Para la bechamel, cortamos la cebolla también en cubitos (o brunoise) y la pochamos en otra sartén con aceite. Cuando esté transparente, agregamos la harina y la cocinamos junto con la cebolla. Una vez la harina haya tomado un color tostado, agregamos la Cuisine de Arroz y removemos bien para evitar que queden grumos.
  3. Cuando tengamos la bechamel, agregamos el queso y los daditos de manzana. Removemos bien hasta que el queso se haya fundido. Probamos y corregimos de sal y, si queremos, podemos echarle una pizca de pimienta blanca y nuez moscada.
  4. Apagamos el fuego y ponemos la masa en una fuente que entre en la nevera. La tapamos con papel film a ras de la masa para evitar que se nos cree una película.
  5. Una vez fría la masa podemos hacer las croquetas. Preparamos un bol con la harina otro con los huevos batidos y otro con el pan rallado. Con dos cucharas, o con las manos untadas con un poco de aceite, hacemos bolas del tamaño de una pelota de ping pong aproximadamente. Las pasamos primero por el huevo, luego por la harina y terminamos por el pan rallado.
  6. Si la masa nos quedó un poco líquida, podemos aprovechar y darle una segunda capa de rebozado a las croquetas y así evitaremos que nos exploten. Además de que quedan más crocantes y ricas 😉
  7. Si podemos, dejemos las croquetas ya hechas reposar unas horas en la nevera para que recuperen firmeza antes de cocinarlas. En este punto es cuando podemos prepararlas también para congelar.
  8. Para freírlas, ponemos a calentar una sartén con suficiente aceite de girasol para que cubra, por lo menos, hasta la mitad de la croqueta. Cuando esté bien caliente, echamos las croquetas y las cocinamos unos 3 minutos cada lado.
  9. Servir y ¡a comer!